La Lección del Profesor

Desde la primera clase supe que tenía que ser para mí. Era mi nuevo profesor de Historia en la universidad. Mayor que yo, inteligentísimo, culto, deportista... ¿Qué posibilidades podía tener? Pero, contra todo pronóstico, el flechazo fue mutuo. Tras largos e incontables emails en donde supimos convertir charlas intelectuales en el afrodisíaco más efectivo, finalmente pasamos a la acción. Una noche de verano, los dos estábamos tan excitados que a duras penas logramos aparcar el coche en un lugar retirado. Aquel día llevaba un vestidito tan fino que me puse una enagua de encaje para no enseñar demasiado... lo único que me dejó puesto. Recuerdo sus manos ardiendo asidas de mis caderas, acelerando cada embate dentro de mí, y su boca hambrienta prendida de mis pezones, haciendo que la tela se transparentara aún más. Mientras el sudor empapaba mi espalda y mis muslos, comprendí dos cosas: que le amaba con locura y que le quería para siempre así, follándome como si a la mañana siguiente se acabara el mundo. Esto sólo fue el comienzo de nuestra aventura juntos. ¡Felizmente casados, ahora tenemos toda la vida por delante para experimentar!

From the first class I knew he must be mine. He was my new history teacher at University. Older than me, so intelligent, cultured, sporty... What chance could I have? But, on the contrary, the crush was mutual. After long and countless emails, where we managed to turn intellectual talks into the most effective aphrodisiac, we finally took action. One summer night, we were both so excited that we barely managed to park the car in a secluded spot. That day I wore a dress so sheer that I had to put a lace petticoat underneath, so as to not give away too much... it was the only thing I left on. I remember his burning hands gripping my hips, hastening with every thrust inside me, and his hungry mouth sucking my nipples, making the fabric of my dress become even more transparent. As the sweat drenched down my back and thighs, I understood two things: that I loved him madly and that I would love him forever like that, fucking me as if the world was going to end. This was just the beginning of our adventure together. Happily married, we now have the rest of our lives to experience this!