Oasis de Placer

A Sexual Fantasy

— By ElisaBerzuri

Se llamaba Omar y era bereber. No había reparado en él pues casi no se dejaba ver, pero en la cercanía me fijé en su rostro y cómo no, en sus ojos.
Además, me preguntaba si debajo de esa túnica, su cuerpo sería fibroso y sobre todo si gozaría de un buen atributo; al pensar en esto último me ruboricé y mientras bailaba cada vez más cerca de él, más me apetecía sentir su cuerpo y su miembro dentro de mí. Parecía que me había leído el pensamiento y en un inglés aceptable me invitó a salir fuera. Yo lo estaba deseando, no sabía dónde me llevaba ni qué pretendía de mí, pero me daba igual.
Me llevó a lo alto de una duna y allí me indicó que me sentara. La vista desde aquel lugar era espectacular, se veía perfectamente un cielo estrellado y una luna amorosa, dispuesta a acariciarnos con su aureola fina y sutil. Yo estaba como viviendo un sueño y él era el genio de mi lámpara. Él se sentó detrás de mí y empezó a acariciarme lentamente el cuello, los lóbulos de las orejas, el rostro. Sus manos aunque fuertes las sentía delicadas y suaves. Mientras él iba explorando todo mi cuerpo, yo notaba detrás de mi su miembro erecto y me encantaba. Después de llevar un buen rato sintiéndonos, llegó el momento que tanto deseábamos. Me giré y le tumbé en el suelo, le despojé de toda la ropa hasta dejarlo completamente desnudo y yo me dejé un velo que transparentaba mi cuerpo y le daba un poco de morbo. Sin perder el tiempo sencillamente me coloqué encima suyo y fui metiendo su pene poco a poco en mi vagina mientras me contoneaba al ritmo de una música en mi interior. Cuando lo tuve todo dentro, me sentí femenina, deseada, abundante y llena de pasión y de vida.
Estaba tan excitada que al momento los dos estallamos en un orgasmo gritando y gimiendo de tanto placer. Aunque no le veía la cara, me la imaginaba desencajada de puro éxtasis. Fue tan especial y tan intenso que aunque nunca más volví a saber de él, desde esa noche Omar permaneció en mi memoria y en mis sueños eróticos.