Sus ojos negros

A Sexual Fantasy

— By Amazona

Todo comenzó por un “match” en una de esas apps para citas. Después de tantos intentos fallidos y viajes de por medio, nos encontramos!!! Todo surgió tan natural, tan fácil, inesperado y espontáneo, y sin saber cómo terminaría nuestra noche, nos embarcamos a esta montaña rusa. Abro la puerta, ella está divina, lleva los labios rojos, piel blanca, adornada con unos tatuajes bellísimos, el pelo castaño y unos ojos negros que te atrapan y parece que te están leyendo el alma. Lleva tejanos anchos, bambas, una camiseta básica y una chaqueta negra de piel. Huele divinamente, irradia una energía que te dice que todo estará bien! Es preciosa! Nos fuimos a tomar algo para romper el hielo, y conocernos más, hasta que el alcohol nos hace efecto y nos pone muy cariñosas. “Quieres ir un ratito a mi casa?” (Me pregunta al oído) “Sí!! Claro!” (Se lo dije sin pensarlo, hace mucho que tengo ganas de verla, viajaba a Londres al siguiente día, y no volvería hasta dentro de un par de meses, era mi momento y no iba a desperdiciarlo) Llegamos a su casa y pone algo de música, suena “pone algo de música” de Isak Danielson. Nos vamos besando al ritmo de lo que suena, la luz es tenue, ella está a contraluz. Su silueta es perfecta, y verla en ropa interior es sublime. Entre besos, caricias y mordiscos, vamos adornando el suelo de la sala con nuestra ropa interior. Es adictiva, la toco y está mojada, muy mojada. Beso sus pechos, son bellísimos, suaves, turgentes, calentitos, tienen el tamaño perfecto. Desde ahí voy regando besitos por sus costillas, voy bajando, beso su vientre y sigo bajando, la beso tan dulcemente como puedo. Está en el sofá totalmente vulnerable, y yo estoy en el suelo arrodillada besándola. Pasamos de lleno a la habitación, nos besamos haciendo el 69 más hermoso bajo la luz de la luna que entra por la ventana. Tiene unos dedos hábiles y una lengua muy diestra. Yo estoy debajo y mi ángulo de visión es exquisito. Me siento tan privilegiada, es preciosa. Dos segundos después tengo mi cabeza inmersa en su zona de juegos. Meto y saco mi dedo mientras la beso, lamo cada rincón con toda mi lengua, que se desliza muy ligera y tan ancha como la puedo hacer, su lenguaje corporal me dice que siga, que esto solo va a mejorar. Sigo lamiendo y moviendo mi dedo al ritmo de sus caderas, sus muslos se tensan. Ella me enseña el punto exacto donde le gusta, haciendo pequeños círculos con su dedo medio. Aumento el ritmo, le tiemblan las piernas y siento que está cerca, “Me voy a correr” (dice con voz entrecortada) Sigo firme en mi objetivo, ella está súper tensa, su espalda se contornea, le tiemblan las piernas y sus jadeos van en aumento. Tres embestidas de mis dedos y cae en caída libre, dejándome como primera espectadora de uno de los orgasmos mas bellos que he visto. “Ahora me voy a ocupar de ti” Pero eso es material para otro relato…