¿Nos bañamos?

A Sexual Fantasy

— By Amazona

Estoy con mi amiga en las duchas de un club swinger, todo el ambiente está en penumbra de color azul-morado, no hay nadie, estamos solas. Hay dispensadores de jabón en las paredes de la ducha. Veo su silueta tan contorneada, tan bella, y le pregunto: -Precisas ayuda para enjabonarte la espalda? (con tono picante) -Ayy si gracias! Mis manos resbalan desde tus hombros, cuello, espalda, cintura, y pienso: ¨tantas curvas y yo sin frenos!¨ Me dirijo a su parte delantera, y me centro en sus pechos, son perfectos. La noto a gusto se nota que no quiere que pare, meto mi dedo dentro de ella que está igual de mojada que por fuera. Se gira y nos empezamos a besar, lo que iba a ser una ducha rápida, se pone cada vez mas bueno. Me acorrala contra la fría pared, y empieza a besarme los pechos, es dominante como yo, me encanta, sigue bajando y besando hasta llegar a mi monte de Venus. Siento que me mira pero no puedo verla con claridad, está oscuro, pero noto que tu pelo está completamente mojado, y noto que el mío va por el mismo camino, menos mal que mi maquillaje es water proof. Me besa y lame todo cuanto su lengua delicada puede abarcar, sabe lo que hace, es muy hábil. Hace tiempo que quería estar a solas con ella. Deseo que sea mi turno, quiero sumergir mi cabeza en su patio de juegos, me pongo en cuclillas y beso sus muslos, pequeños besos, lentos, suaves, ricos, voy subiendo lentamente hasta que nuestros labios se encuentran, sabe divinamente. Hay un grifo, donde con delicadeza dirijo su pie derecho hacia él, dándome un acceso total a su zona más íntima, estoy muy caliente, podría perderme toda la noche allí esperando ver, sentir, y probar cuando ella lance sus fuegos artificiales. El tiempo parece haberse detenido, nadie nos molesta, en mi cabeza suena ¨way dawn we go¨ de Kaleo, me imagino cómo se vería esta escena si nos estuviesen grabando, se ven las siluetas a contra luz de nuestros cuerpos entrelazados, con esa atmosfera morada, y Kaleo sonando a máximo volumen, como una típica escena de película, con tomas en cámara lenta, blackouts, mordiscos captados en el momento justo, otro salto de cámara hacia su pezón hermosamente erizado. La estamos pasando de maravilla, vuelvo a besarla tan íntimamente como puedo, al mismo tiempo que meto mi dedo, ella me toma de la nuca y marca el ritmo, sigo paseando toda mi lengua por cada rincón, pero me detengo en cuanto ella dice: -Es justo ahí que me gusta, no pares! No me detengo ni para contestarle, sigo haciéndolo tal cual me lo indicó, soy muy obediente y aprendo rápido. Ella me aprieta contra sí misma, no paro de comérselo, sabe cada vez más adictiva. Siento que su cuerpo se empieza a contornear, pasa su pierna y la apoya sobre mi hombro y más me acerca a ella. Siego metiéndole el dedo sin dejar de besar su clítoris, aumentando el ritmo, se pone realmente tensa por varios segundos lo que provoca un suave gemido espectacular y segundos después una relajación bastante notoria. -Tienes un coño divino (exclamo)