El que no ama no conoce a dios
A Sexual Fantasy
Estaba en las fiestas de una ciudad de provincia, bebiendo birras en la puerta del único bar de modernos. Apareció una chica mona, que iba de modosita pero llevaba una minifalda de infarto. Al principio todo muy normal: de dónde eres, qué estudias y tal. Le dije que estaba de paso y que me quedaba en el sofá del apartamento de mis colegas, y ella me dijo que vivía sola y que si quería podía dormir en su casa. Había pillado............................. La luz de su escalera no funcionaba, pero yo intentaba verle las bragas mientras subía detrás de ella. El salón tenía algo raro, como de abuela, pero muchas casas de alquiler antiguas se han quedado con muebles viejos, no le di importancia. Había escrita una cita de la Biblia, pero pensé que era sarcasmo posmoderno. Camino del dormitorio me mosqueó ver en el pasillo varias estatuas de vírgenes y crucifijos encima de un armario. ¿De qué coño iba todo eso? La cama era de madera oscura, un poco grande. Todas las paredes estaban llenas de ojos en cuadros con personajes católicos. Flipé cuando me hizo arrodillarme en la cama y rezar mientras se desnudaba. Empecé a pensar que me había ligado a una friki, traumada por el colegio de monjas. Al entornar la puerta vi colgadas unas muñequeras de cuero y me acojoné un poco:
- Tía, este no es mi rollo, en serio.
Pasó de mí, me empezó a besar y a hacer una paja y a los cinco minutos ya estaba atado a la cama. Era muy fogosa. Era un fetiche un poco raro, pero la verdad es que pensar en monjas y todo eso también me puso cachondo. Así conocí a mi chica..................... Sorpresa religiosa.
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