Cuando la música deja
A Sexual Fantasy
Esta vez la fiesta de Marta empezaba en la inauguración de una exposición en una antigua fábrica recién renovada. La fiesta era fantástica, comida bebida, buena música, buena gente... y postre de pastel de chocolate con forma de escultura abstracta.
Pasado un tiempo la gente va marchando y nos quedamos los de siempre. Todos nos conocemos. Ahora es cuando viene Marta i nos explica de que va la verdadera fiesta de hoy.
Nos hace pasar a una sala más oscura, con muros de hormigón y con algunas sillas puestas en círculo. Como siempre, nos explica que podemos participar o mirar, que nada aquí es obligatorio.
Hoy vamos a jugar al juego de la silla pero en una modalidad más excitante, dice.
Simples reglas, los chicos sentados, las chicas bailando alrededor de las sillas y cuando la música se apague la chica que no pueda sentarse sobre un chico debe quitarse una prenda. Marta aprovechará también para quitarle una prenda a uno de los chicos a su elección.
Empezamos a jugar y lo que en un principio es un juego divertido e inocente va convirtiéndose paulatinamente en un juego sensual de seducción, de roces, de provocaciones e insinuaciones...
Lentamente los cuerpos desnudos van encajando más i más hasta que cada uno de nosotros espera ansioso que la música pare para jugar, provocar y ser penetrada por el siguiente amante...
Un placer corto e intenso que Marta controla con su música i sus estrictas reglas.
Cuando la música deja de sonar los gemidos y el deseo llenan la sala.
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