Quiero pertenecer a tu lista

A Sexual Fantasy

— By @dueuvi

Daba vueltas en la cama como cualquier otra noche, tras apagar el televisor, recibir su beso y notar su espalda, sabiendo que esa noche tampoco tocaba sexo. No aguantaba más estar así; me cogí el brick de zumo y me fui a la salita del ordenador.
Aún así no sabía que hacer, nada me entretenía. Decidí comenzar un blog que titulé: "Cosas de la vida, el amor y el sexo". Comencé a hablar del porque mezclamos el amor y el sexo, cuando realmente son cosas separadas: "Si a tu pareja no le gusta montar en bici, buscas un amigo para hacerlo, por qué no hacer lo mismo con el sexo? Debería existir un teléfono con números de personas que quieran sexo sin compromiso, como la película La Lista".
Ahí quedo.
A la mañana siguiente desperté con un mensaje de mi Twitter: "Quiero pertenecer a tu lista"
¿Quién era? ¿qué lista?... estaba perdido, no entendía nada. Escribí: "No entiendo"
Contestó: "Puedes ahora? 10:30 Habitación 812 del hotel Torre Castilla "
Me picaba la curiosidad, aunque aún no terminaba de comprender: "Ok" - escribí.
Llegué al hotel y subí. La puerta estaba entornada. Llamé. Una voz sensual respondió al fondo: "adelante".
Una mujer morena, guapa y sensual esta frente a la ventana. Llevaba un traje negro y un móvil en la mano. "Hola, creo que he quedado contigo..." no se me ocurría que más decir.
"Toma" - dijo entregándome un móvil
"Qué es?" - Pregunté.
"Tu deseo. Un móvil con para crear una lista de personas que buscan sexo sin compromiso. De momento sólo está el mío." - dijo. Y dejó caer su vestido quedándose en ropa interior.
"ean..." - no me salían las palabras - "Tu nombre?"
"Tu pusiste las normas... solo soy un número" - Dijo mientras se acercaba a mi metiendo su mano en mi pantalón y acariciando mi pene.
El resto... es de imaginar.
Desde entonces hemos creado nuestro club del teléfono... sólo unos cuantos pertenecemos a él. Una pequeña cuota ayuda a mantener los teléfonos y sólo dos normas: discreción, respeto y sólo dos llamadas al mes a la misma persona, sin esperar nada a cambio excepto sexo.