Como un sueño

A Sexual Fantasy

— By irene.m

Estábamos desnudas en una cama, ni siquiera sé qué cama ni cómo habíamos llegado hasta allí. Hay una parte de mi sueño que se ha evaporado, pues no recuerdo ese momento en el que decido arrancarte el vestido. Tampoco veo ese en el que desnudas mi torso y te entretienes acariciándome. Sólo recuerdo que hemos bebido vino y que ambas estamos en una cama, desnudas, gozando de ese momento.
Amo el arte y amo el sexo. Me excita que pintes casi tanto como me excitan tus labios. Estábamos en la cama y te pedía que me pintaras. La idea te gustó más cuando te pedí que mi cuerpo fuera tu lienzo.
Debes imaginar esta escena de manera atemporal, como un sueño. Para mí fue algo eterno, al igual que el goce. No había principio ni fin, era un constante e imparable devenir de placer por ambas partes. Cogiste un pincel mojado con vino y empezaste a pasarlo por mi cuerpo; fue algo excitante, desbordador, irresistible. De repente, ya no era un pincel sino tu lengua quien me pintaba. Y ya no era vino sino tu saliva, tu sabor. Tus caricias, nuestros besos, tu ánimo de dominarme y mi creciente gozo por sentirme dominada, consciente de que ahora mismo soy sólo tuya y puedes hacer conmigo lo que quieras. Nos tocamos sin medida ni consuelo, como si ya nada quedara más que esos instantes de placer mutuo. Tu pelo me hacía cosquillas. Tus labios de nuevo.
Y otro salto de tiempo. Ahora es mi lengua la que dibuja sobre ti. Por fin tus pechos, qué ganas les tenía… es como si por un instante me pertenecieran a mí, como si ahora fueras tú la inmóvil. No tengo palabras para explicarte lo que disfruto acariciando tus senos, lamiéndolos, pellizcándote suavemente. Y nos intercambiamos sucesivamente porque ahora tú me dominas a mí y yo te domino a ti. Es un círculo vicioso, un eterno retorno lleno de placer y gemidos que no deja ningún testigo más que el pincel y el vino que ya hemos olvidado dónde cayeron. Como en un sueño, un sueño interminable, porque me despierto y tú aún sigues ahí.